Antecedentes

En las últimas décadas, el espacio digital y las amplias transformaciones que ha desencadenado, incluido el creciente uso de la inteligencia artificial (IA) y la IA generativa, han tenido importantes repercusiones en los derechos culturales. La forma en que las personas piensan, se comunican e interactúan entre sí está cada vez más mediada por las tecnologías digitales, en lugar de ocurrir cara a cara; el espacio digital y el anonimato que otorga han proporcionado oportunidades para remodelar las representaciones de uno mismo y de los grupos, y desarrollar identidades en línea a veces muy diferentes del mundo físico; el acceso a una variedad de información, imágenes, investigaciones y narrativas se ha desarrollado enormemente, al menos para aquellos que se han beneficiado del acceso a Internet y a las infraestructuras digitales.

Aunque los espacios digitales ofrecen muchas libertades para acceder a la información, las ideas y los contenidos creativos de otros, con el potencial de aumentar la interacción y el entendimiento mutuo, también plantean retos polifacéticos desde la perspectiva de los derechos culturales en lo que respecta, por ejemplo, a la transparencia de los procesos de toma de decisiones sobre los algoritmos que rigen el acceso a los contenidos; los sesgos incorporados a esos algoritmos, que enfatizan ciertas narrativas y hacen invisibles otras; la falta de diversidad de lenguas y contenidos culturales; y las dificultades para verificar y reconocer adecuadamente las fuentes y los creadores. Las brechas digitales siguen exacerbando las desigualdades en el acceso a los recursos culturales, afectando de manera desproporcionada a las comunidades marginadas y vulnerables.

Estos retos se agudizan con el desarrollo de la IA y la IA generativa, que se posicionan como un método alternativo de creación de contenidos, pero con escasa consideración de lo que estos podrían tener como consecuencias en nuestra forma de entender la noción de "creatividad". Mientras que de todas partes llegan incentivos para utilizar la IA y la IA generativa para producir resultados más rápidos - textos escritos, mejores correos electrónicos, más imágenes sin necesidad de fotógrafos, nueva música sin compositores, etc.-, muchas cuestiones relacionadas con la ética de estos procesos y la capacidad de las personas para seguir el ritmo acelerado, siguen sin plantearse y sin encontrar respuesta. Muchos artistas, trabajadores culturales y comunidades patrimoniales luchan contra una remuneración injusta y la falta de reconocimiento en los espacios digitales, mientras que la rápida mercantilización de los contenidos culturales socava a menudo los derechos morales y materiales de los autores y las comunidades de origen, la sostenibilidad del trabajo cultural y los derechos de los agentes culturales a participar en las decisiones relativas a la difusión y el uso de su trabajo.

Objetivos

La importancia de los espacios digitales y el uso de la IA seguirán creciendo, lo que representa tanto oportunidades como retos que convendría comprender y evaluar mejor desde la perspectiva de los derechos culturales.

Los derechos culturales protegen los derechos de cada persona, individualmente y en comunidad con otras, así como de los grupos de personas, a desarrollar y expresar su humanidad, sus visiones del mundo y los significados que dan a su existencia y a su desarrollo a través de, entre otras cosas, valores, creencias, convicciones, lenguas, conocimientos y artes, instituciones y modos de vida También protegen el acceso a los patrimonios culturales y a los recursos que permiten que tengan lugar esos procesos de identificación y desarrollo.

Con el fin de identificar experiencias y desafíos relevantes, la Relatora Especial ha preparado un cuestionario, que está siendo enviado a los Estados, agencias de las Naciones Unidas, instituciones nacionales de derechos humanos, académicos, trabajadores y profesionales de la cultura, así como a organizaciones de la sociedad civil para su consideración. La Relatora Especial espera poder beneficiarse de las diversas opiniones y experiencias.

Preguntas clave y tipos de contribuciones/comentarios solicitados

Puede responder a todas las preguntas o solamente a las que más se acerquen a su trabajo y/o experiencia.

General

1. ¿Cuáles son los principales retos que plantea la IA a la creatividad humana (entendiendo por tal la creatividad artística, pero también todos los demás tipos de creatividad)?
2. ¿Cómo entendemos la noción de creatividad?

3. ¿Pueden considerarse “originales” los productos generados por IA y, en caso afirmativo, cuáles son las consecuencias? ¿Qué es la integridad artística en relación con el uso de la IA?

   Políticas y prácticas

4. ¿Qué medidas se han adoptado para proteger la creatividad humana de las amenazas que plantea la IA? ¿Qué medida(s) sería(n) la más adecuada(s) para lograr este objetivo?
5. Proporcione ejemplos de buenas prácticas para fomentar la creatividad humana a través de la IA.
6. ¿Incluye o debería incluir la educación y la educación artística la enseñanza de herramientas de IA y su uso?
7. ¿Cómo protegen las leyes los derechos de los artistas y otros creadores en relación con los contenidos utilizados por la IA? ¿Cuáles son los derechos de los autores en la creación generada por IA? Proporcione ejemplos.
8. ¿Cuáles son las prácticas en materia de información sobre contenidos generados por IA? ¿Cuáles serían las mejores prácticas?

¿Cómo se utilizarán las contribuciones?

Por favor, limite sus respuestas a 3.000 palabras y adjunte anexos cuando sea necesario. Para facilitar su examen, envíe las respuestas en un documento Word, especifique claramente la entidad que realiza la contribución en el propio documento y añada números de párrafo.

Las contribuciones recibidas servirán de base para la investigación del consultor y el informe del Relator Especial. Tenga en cuenta que todas las contribuciones se publicarán en el sitio web de la OACDH.