Notas de prensaOficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Afganistán: Ley represiva debe derogarse de inmediato
27 agosto 2024
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Desde
Portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Ravina Shamdasani
Lugar
Ginebra
La ley de "Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio" recientemente aprobada por las autoridades de facto de Afganistán consolida políticas que borran por completo la presencia de la mujer en público, al mismo tiempo que silencia sus voces y les priva de su autonomía individual, con lo que se intenta convertirlas en sombras sin rostro y sin voz.
Esto es completamente intolerable. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, pide que esta ley alarmante se derogue de inmediato.
La lista larga de disposiciones represivas que esta ley impone a las mujeres refuerza un conjunto de restricciones ya existentes que violan sus derechos humanos fundamentales, entre ellos su libertad de circulación, su libertad de expresión y su derecho a vivir sin ser objeto de discriminación. La ley incluye la obligación de llevar ropas que cubran por completo el cuerpo desde la cabeza a los pies, incluyendo el rostro; la prohibición a los conductores de vehículos de trasladar a mujeres a menos que vayan acompañadas por un familiar varón; y la prohibición de que se escuche la voz de las mujeres en público.
Otras restricciones de la ley, vagamente definidas, afectan a otros derechos humanos, como el derecho a practicar libremente la propia religión. La ley también otorga a los agentes del Estado amplios poderes discrecionales para detener a personas, imponerles castigos o remitir asuntos a los tribunales.
La ley endurece aún más el control sobre el sector de los medios de comunicación con la prohibición de publicar imágenes de seres humanos, seguramente también las de los funcionarios de facto.
Instamos a las autoridades de facto a que deroguen esta legislación de inmediato, que viola claramente las obligaciones de Afganistán en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.
Restar capacidades, invisibilizar y silenciar a la mitad de la población afgana solo empeorará la crisis humanitaria y de derechos humanos del país. Más bien, es el momento de reunir a toda la población, con independencia de su género, religión o etnia, para ayudar a resolver los numerosos retos a los que se enfrenta el país.
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