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Personal de la ONU, entre ellos ocho colegas del ACNUDH, detenidos en Yemen

El ACNUDH pide su liberación inmediata.

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Existen vínculos intrínsecos entre las capacidades de los individuos para desarrollar sus propias identidades y dar sentido a sus vidas, y los procesos de desarrollo más amplios de la sociedad. Ambos requieren que los individuos tengan acceso, disfruten y participen de forma significativa en los recursos culturales, los conocimientos y los procesos de toma de decisiones que repercuten en su modo de vida. Existe un continuo entre el desarrollo de la identidad de cada persona y el desarrollo de comunidades, sociedades y, en última instancia, naciones enteras.

Desde que comenzó su labor, el mandato de la Relatora Especial ha abogado por un mayor reconocimiento de la importancia de los recursos culturales y de los derechos culturales para que cualquier desarrollo sea adecuado y sostenible. Como parte integrante de los derechos humanos, los derechos culturales deben formar parte de las consideraciones que guían las estrategias y proyectos de desarrollo y éstos deben contribuir al ejercicio de los derechos culturales por parte de todos y abstenerse de tener un impacto negativo sobre ellos.

A continuación, encontrará el trabajo realizado por el mandato a través de los años, así como información sobre los avances en otras partes de la ONU y enlaces importantes.

Informes

Desarrollo y derechos culturales: los principios (2022)

En su informe temático, entregado a la Asamblea General (A/77/290), la Relatora Especial aborda el papel de la cultura en el desarrollo sostenible, en particular en las culturas del desarrollo, con el fin de

  • evaluar cómo se han incorporado hasta ahora la diversidad cultural y los derechos culturales en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible;
  • hacer un balance de las experiencias de aprovechamiento de los recursos y los derechos culturales en la búsqueda de un desarrollo más sostenible y de los puntos débiles encontrados, y
  • poner de relieve los ámbitos en los que una mayor conciencia cultural puede contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible durante la segunda mitad del ciclo de implementación de la Agenda 2030

Frente al hecho de que los derechos culturales y el desarrollo cultural hayan sido dejados de lado en las estrategias de desarrollo sostenible, subraya que la cultura es algo más que un "facilitador" del desarrollo sostenible, sino una parte indispensable del mismo. La Relatora Especial advierte contra la reducción de la cultura a un sector generador de ingresos, y subraya que el desarrollo sólo será sostenible si está conformado por los valores de las personas a las que implica y el significado que le atribuyen, protege la diversidad y utiliza sus recursos y patrimonio culturales en todas sus dimensiones: tangible, vivo y natural.

Dos personas de pie sobre un pavimento de baldosas grises. Foto de Ian Schneider, @goian, del 19 de febrero de 2016 en Unsplash

Tal y como se expone en este informe, el desarrollo sostenible debe 1) incluir el desarrollo cultural, 2) invertir las desigualdades, 3) ser autodeterminado y liderado por la comunidad, 4) resistirse al modelo de "talla única" y 5) mirar hacia el futuro. Dado que los derechos culturales son esenciales para el desarrollo de cada persona y comunidad, su empoderamiento y la construcción de sus respectivas identidades en un ecosistema cultural sostenible, están en el centro de la propia definición de desarrollo y son indispensables para no dejar a nadie atrás.

Las personas y los pueblos deben ser los principales beneficiarios de los procesos de desarrollo sostenible. Un enfoque basado en los derechos humanos que tenga muy en cuenta los derechos culturales, incluido el derecho de todos a participar en los procesos de toma de decisiones que repercuten en la vida cultural, es a la vez un marco y una garantía de éxito para cualquier programa de desarrollo.

El informe anima a los Estados, las organizaciones internacionales y otras partes interesadas a considerar visiones alternativas del desarrollo, y ofrece ejemplos de prácticas nacionales e internacionales encomiables, pero también de retos y violaciones de los derechos culturales derivados de proyectos de desarrollo. El informe concluye con recomendaciones sobre cómo garantizar el respeto y la aplicación de los derechos culturales.

Para fundamentar su informe e iniciar un diálogo constructivo con los Estados, las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos, las Organizaciones No Gubernamentales, las instituciones de derechos humanos y culturales y otras partes interesadas, la Relatora Especial llevó a cabo dos consultas de expertos e invitó a las partes interesadas pertinentes a presentar sus opiniones a través de un cuestionario. Consulte la página del informe para obtener todos los detalles.

Desarrollo y derechos culturales: la gobernanza internacional (2023)

Sobre la base de dicho informe, la Relatora Especial presentó un segundo informe a la Asamblea General en 2023 (A/78/213), centrado en la gobernanza internacional para el desarrollo.

La Relatora Especial destaca que las organizaciones internacionales de comercio y desarrollo no respetan en la actualidad los derechos culturales. Las razones que analiza consisten en que

  • algunas organizaciones no asumen su obligación de respetar los derechos culturales,
  • no comprenden su alcance y su vinculación con la labor que realizan y
  • dan preferencia al desarrollo económico o a otros intereses.

Aunque la Relatora Especial reconoce algunos avances y medidas positivas adoptadas por organismos internacionales clave, subraya que sigue faltando la plena aplicación de estos derechos. El informe presenta ejemplos de una serie de desafíos persistentes y sugiere vías hacia el futuro

Un tirador de rickshaw espera pasajeros, en una noche lluviosa en una calle mojada. Foto de Syed Foyez Uddin en Unsplash (@genetx)

Ella pide a todas las entidades de trabajar de forma integral e inclusiva a fin de que no se infrinjan los derechos culturales en los marcos de comercio y desarrollo y existan procesos claros que promuevan los derechos culturales en el desarrollo, de mitigar y prevenir su transgresión y de garantizar una participación y consulta efectivas de conformidad con las normas internacionales. Ella recuerda también que los Estados tienen un importante papel que desempeñar en la tarea de que las organizaciones de que son miembros respalden el desarrollo cultural y respeten los derechos culturales en todos los aspectos de su labor, para que realmente nadie quede atrás.

Para elaborar su informe, la Relatora Especial celebró varias reuniones con expertos y profesionales del desarrollo e invitó a las partes interesadas a presentar sus opiniones a través de un cuestionario. Consulte la página del informe para obtener todos los detalles.

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