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El Relator Especial realiza visitas a los países por invitación de los gobiernos, con el objetivo de examinar la situación relevante para su mandato, identificar buenas prácticas y hacer recomendaciones a los gobiernos para mejorar la protección de los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación.

Las visitas normalmente tienen una duración de 10 días, y el Relator Especial suele reunirse con jefes de Estado, ministros del gobierno, autoridades encargadas de hacer cumplir la ley, miembros del poder legislativo y judicial, representantes de instituciones independientes de derechos humanos, representantes de la sociedad civil, medios de comunicación y organismos de las Naciones Unidas, entre otros. El Relator Especial suele comenzar su visita en la capital y, a continuación, se desplaza a otras ciudades o pueblos, así como a zonas rurales de especial relevancia para su mandato.

Al final de la visita, el Relator Especial normalmente atiende a una conferencia de prensa durante la cual comparte sus observaciones y recomendaciones preliminares para la consideración del Gobierno concernido y otros actores interesados. El Relator Especial presenta sus observaciones y recomendaciones finales al Consejo de Derechos Humanos (en junio, cada año), y puede llevar a cabo un seguimiento de los temas relacionados con su visita en caso necesario.

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