DeclaracionesOficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Chile: Alto Comisionado envía mensaje en vídeo a encuentro Regional sobre justicia transicional
23 junio 2023
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Evento regional sobre Justicia transicional
Lugar
Santiago de Chile, Chile
Mensaje video de Volker Türk, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos
22-23 Junio 2023
Gracias por la oportunidad de dirigirme a ustedes sobre un tema tan importante.
Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay han quedado profundamente marcados por una historia de dictaduras militares y las consiguientes violaciones masivas de derechos humanos.
“Nunca más”, dijimos.
Reconciliarse con un pasado de abusos y atrocidades requiere una gran fortaleza.
También exige un compromiso a largo plazo y sociedades decididas a recorrer un camino difícil.
Rindo un sentido homenaje a las víctimas y supervivientes, a sus familias y a todas las personas que han trabajado para apoyarles.
La reconstrucción de la confianza y la rendición de cuentas en esta región se ha guiado por procesos de justicia transicional, basados en los cuatro pilares de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Los países han dado pasos importantes. Han reconstruido las instituciones democráticas. Han contribuido en el avance de la lucha contra las desapariciones forzadas, incluido en el uso del trabajo forense. En particular, las organizaciones de víctimas y familiares de Argentina y Chile desempeñaron un papel esencial en la creación del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias.
Sin embargo, persisten retos dolorosos, como la falta de respuestas sobre la suerte y el paradero de los detenidos desaparecidos o sobre los niños secuestrados.
Colegas,
Le debemos a las víctimas y supervivientes seguir avanzando en estos cuatro pilares. También se lo debemos a la sociedad en su conjunto, que se beneficia de la adopción de medidas de reforma continuas y decisivas.
En primer lugar, la verdad. Los relatos oficiales deben comunicar con mayor claridad las violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos que se produjeron durante la dictadura. Muchos archivos cruciales permanecen sellados. Debe permitirse inmediatamente el acceso a ellos.
En segundo lugar, la justicia. Siguen vigentes las leyes de amnistía. Seguimos viendo retrasos extremos en las investigaciones o procesos penales. Y en el ámbito nacional, todavía hay que avanzar en la definición de los crímenes contra la humanidad. La impunidad es el mayor obstáculo al que nos enfrentamos en el camino hacia la justicia y la prosperidad.
En tercer lugar, la reparación. Las normas y políticas del Estado deben ajustarse para proporcionar una reparación integral y adecuada a todas las víctimas, sin discriminación. Algunas víctimas llevan décadas esperando una reparación. Esto no sólo es una afrenta para ellas, sino que socava la confianza en las instituciones democráticas que se reconstruyeron para protegerlas.
Y cuarto, las garantías de no repetición. Quiero subrayar la importancia de reforzar el Estado de Derecho y las instituciones democráticas. Sin libertad de prensa, participación, un poder judicial independiente, control civil de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley y una lucha decidida contra la corrupción, corremos el riesgo de permitir que las injusticias del pasado arraiguen de nuevo.
Colegas,
Este año se cumplen 50 años de los golpes de Estado en Uruguay y Chile, y 40 años del retorno de la democracia a Argentina.
Al mismo tiempo, celebramos el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un acuerdo que consagró la coexistencia pacífica, la justicia y la dignidad para todos.
Tras la tragedia, la Declaración Universal ofreció esperanza. Proporcionó medidas concretas para guiar a los países fuera de la catástrofe y hacia la estabilidad, la prosperidad y la paz.
Revivir el espíritu y el impulso que condujeron a la Declaración Universal -y aplicarlo a los retos a los que nos enfrentamos actualmente- es la tarea que tenemos hoy ante nosotros.
Aplaudo el trabajo decidido de esta región en la búsqueda de la verdad, la reparación y la justicia, en particular los esfuerzos cruciales realizados por la sociedad civil, las víctimas y sus familias. Estos esfuerzos han servido de modelo para otros países de todo el mundo.
Los recuerdos del pasado, incluso los más dolorosos, pueden ser la base sobre la que reconstruir las sociedades. Compartiendo y validando experiencias, estableciendo la verdad, fomentando la solidaridad y reconstruyendo el tejido social, podemos seguir allanando el camino hacia la curación y el cierre.
Nunca más. Mi Oficina está a su lado para apoyarle en este viaje.