DeclaracionesOficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Türk insta a ser solidarios ante los retrocesos en la igualdad de género
23 junio 2023
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Evento paralelo: combatiendo el movimiento contra los derechos - pasando del diseño de las medidas a la acción
53º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos
Mensaje en vídeo por Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Colegas,
El debate de hoy es crucial para las mujeres y las niñas, en toda su diversidad, y es también crucial para la humanidad.
Los avances en todo el mundo en el campo de los derechos humanos de las mujeres y de la igualdad de género, liderados por poderosos movimientos y líderes feministas, han sido generalizados y de gran relevancia, y tenemos que celebrarlos por ello.
La aprobación de la Declaración y el Plan de Acción de Beijing en 1995 fue algo revolucionario.
Allí, 189 países reconocieron que «los derechos de las mujeres son derechos humanos» y se comprometieron a conseguir la igualdad de género, en la práctica y en la legislación, para que de ese modo todas las mujeres y niñas pudieran disfrutar plenamente de sus derechos inalienables y libertades como seres humanos en pie de igualdad.
Los avances que se han sucedido han sido realmente extraordinarios.
Estimados colegas,
Ningún logro puede darse por sentado. La historia nos ha demostrado que cuando se produce un avance, existe también una reacción contraria.
La reacción contra la igualdad de género no es un fenómeno nuevo. Hemos luchado durante años en pro de los derechos de las mujeres enfrentándonos a una oposición fiera y violenta.
Hoy, somos testigos de una tendencia alarmante: un incremento de campañas que cuentan con amplios recursos y están bien organizadas y que atentan contra los logros que se han ganado tan laboriosamente durante décadas.
En 2023, no debemos dar ni un solo paso atrás.
Los objetivos de estas campañas son claros, calculados, y peligrosos: controlar la sexualidad de las mujeres y la autonomía de sus cuerpos.
Y los mensajes de estas campañas se oyen cada vez más alto.
Sus acciones se disfrazan de narrativas que premian la masculinidad tóxica y normalizan la misoginia, tras un velo casi invisible que hace énfasis en los «valores» tradicionales.
Yo quiero preguntarles, ¿dónde está el «valor» de oprimir a las mujeres y niñas, ahogando las opiniones y aspiraciones de la mitad de la población mundial?
Colegas,
En algunos países, hemos sido testigos de retrocesos importantes en la protección legal de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, incluyendo el acceso al aborto seguro.
El discurso de odio y la violencia contra las mujeres lesbianas, bisexuales, transgénero e intersexuales está al alza.
La enseñanza de educación sexual integral se ha visto restringida en varios países.
Además, ya hay voces que piden la retirada de países del Convenio de Estambul, un tratado histórico diseñado para acabar con la violencia contra las mujeres.
Colegas,
Ustedes están hoy aquí para hablar sobre medidas a aplicar.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, la cual promete libertad e igualdad para todos, nos ofrece una manera sólida de seguir avanzando.
La igualdad de género es la base de todos los derechos humanos, de la dignidad humana, y de nuestro futuro compartido.
Ya que sin esa igualdad, no habrá justicia. No habrá desarrollo. Ni paz.
Por ello, las acciones que tomemos deben ser claras, y deben ser colectivas también. En todas las generaciones, y en todos los países.
La solidaridad debe ser el principio que nos guíe para acabar con el patriarcado y con todas las estructuras que perpetúan la desigualdad entre los géneros.
Forjando alianzas estratégicas y asociaciones entre Estados, instituciones nacionales y la sociedad civil, y creando solidaridad entre movimientos en pro de la igualdad.
Debemos hacer partícipes a hombres y niños por igual para tenerlos como aliados, defensores y agentes del cambio, y exigirles su parte de responsabilidad en la igualdad de género.
Debemos movilizar recursos para ayudar a todas las personas situadas en primera línea y quienes trabajan en pro de los derechos de las mujeres y por la igualdad de género, y debemos garantizar su protección. Y a la vez que el espacio cívico continúa reduciéndose en todo el mundo, las Naciones Unidas deben asegurar que las defensoras de derechos humanos son escuchadas en sus foros.
Quiero homenajear y felicitar a todas las mujeres y niñas que siguen luchando por la igualdad, y a todas las generaciones antes que ellas que allanaron el camino.
Su lucha es nuestra lucha.
Les deseo unas deliberaciones productivas. Gracias.