Defendiendo una visión más inclusiva y compasiva sobre la migración
17 enero 2025

Rebecca (a la derecha), jefa del equipo médico, y su equipo llegan sanos y salvos tras una larga misión.
© JOHANNA DE TESSIÈRES/ SOS MEDITERRANEE"Soy una gran creyente en el hecho de que todas las personas merecen recibir el mayor nivel de atención que les podamos ofrecer," afirmó Rebecca, una comadrona y líder de un equipo médico a bordo del Ocean Viking, un barco que lleva operando desde 2019 y equipado para realizar misiones de búsqueda y rescate de migrantes en el Mediterráneo Central. "Se ha convertido en un asunto tan politizado que hemos dejado de ver a las personas que se desplazan como personas reales, y hemos comenzado a verlas únicamente como problemas. Existe un proceso de deshumanización constante de las personas que se desplazan."
Este barco es gestionado por SOS Méditerranée, una organización humanitaria europea dedicada al rescate en alta mar. Fue fundada en 2015 por ciudadanos y ciudadanas que querían entrar en acción ante la catástrofe humanitaria que conlleva los naufragios en el Mediterráneo Central.
Según Derechos Humanos de las Naciones Unidas, un número cada vez mayor de migrantes y refugiados se ven obligados a abandonar sus hogares debido a un conjunto de factores muy complejos. Las violaciones de los derechos humanos de personas que se desplazan pueden englobar la negación de derechos civiles y políticos, como son la detención arbitraria, la tortura, y la ausencia de garantías judiciales, además de otros derechos económicos, sociales y culturales, que incluyen el acceso al empleo, a atención sanitaria, a vivienda y a educación. Estas violaciones son producto muchas veces de leyes discriminatorias y de actitudes profundamente arraigadas de prejuicios y xenofobia. Aun así, cuando las personas consiguen llegar por fin a otro país, estas actitudes y trato discriminatorios suelen continuar presentes.
Las narrativas deshumanizantes y dañinas acerca de la migración han instigado el miedo, la división y la exclusión durante mucho tiempo.
"Estas narrativas no solo apuntan a migrantes y refugiados sino que también denigran a las personas que defienden sus derechos, lo que resulta en la criminalización y obstrucción de la labor vital humanitaria y en materia de derechos humanos," afirmó Carolina Hernández, Asesora sobre Migración y Derechos Humanos en Derechos Humanos de las Naciones Unidas. "Esta tendencia preocupante compromete los derechos humanos tanto de aquellas personas que se desplazan como de las personas que defienden sus derechos, además de socavar los mismos valores que sostienen las sociedades democráticas y humanitarias. Ya que después de todo, ¿que sería de nosotros si ser bondadosos y ayudarnos entre nosotros no estuviera permitido?"
Salvando vidas en el mar

Rebecca, líder de un equipo médico, considera que su trabajo a bordo del Ocean Viking, el cual se muestra más arriba, es enormemente satisfactorio. "Enseguida te das cuenta de lo valiosa que es tu labor ya que estás llevando a personas desde un lugar inseguro a otro seguro." © Alisha Vaya/ SOS MEDITERRANEE

Rebecca examinó a una mujer embarazada mientras esperaba a ser asignada a un puerto seguro durante una evacuación médica tras muchos días en el mar. © Flavio Gasperini / SOS MEDITERRANEE

Rebecca examinó a una mujer embarazada mientras esperaba a ser asignada a un puerto seguro durante una evacuación médica tras muchos días en el mar. © Johanna de Tessières / SOS MEDITERRANEE
Rebecca explicó que existe la concepción errónea de que todos los migrantes son hombres adultos, cuando la realidad es que gran parte de ellos son hombres y mujeres menores de 18 años.
"Todas estas personas han tenido que pasar por situaciones que no puedo ni siquiera imaginar," afirmó ella. "La persona más joven que he rescatado del mar tenía solo 10 días de edad. Llevaban en el mar tres días y la madre había tenido que pasar por una cesárea, y es cuando te paras a pensar, que es lo que puede arrastrar a una mujer a subirse a una balsa de goma menos de una semana después de ser sometida a una operación abdominal de primer grado... Debe existir el reconocimiento de que cuando vuelves a humanizar a las personas y cuentas las historias de cada una de ellas o les das la facultad de que ellas mismas cuenten sus propias historias, es cuando te das cuenta que en realidad no son diferentes de nosotros... Tenemos que mostrar al mundo que todas las personas son seres humanos."
Cambiando la narrativa
Derechos Humanos de las Naciones Unidas defiende esta narrativa de que todas las personas son seres humanos, una narrativa en donde no se denigre, sino que abrace la solidaridad, la bondad, y las conexiones humanas fundamentales que mantienen unidas a todas las comunidades. Esta es la razón por la que la Oficina colaboró con Magda Castría, una ilustradora y diseñadora gráfica feminista procedente de Argentina, con el fin de crear una colección de ilustraciones que tengan como motivo principal la esperanza. Estas ilustraciones pueden ser usadas por educadores, organizaciones de la sociedad civil y activistas para que transmitan los valores en los que se basa la labor que llevan a cabo los defensores y defensoras de derechos humanos, así como para mostrar como son tratadas las personas dentro de las sociedades sin importar de donde vienen o que aspecto tienen. Este proyecto fue elaborado en colaboración con el Consejo Griego para los Refugiados, PICUM, y la ONG Refugee Support Aegean.

Las ilustraciones con el motivo de la esperanza creadas por Magda Castría contribuyen a cambiar la narrativa sobre la migración y los derechos humanos. © ACNUDH
Arriesgándolo todo
El defensor y abogado de derechos humanos Nour Khalil es el cofundador y director ejecutivo de la Plataforma para Refugiados en Egipto. Su organización presta apoyo a víctimas y supervivientes de violaciones de derechos humanos en Egipto, con un foco de atención especial en las personas que se desplazan que viven en Egipto o que usan a Egipto como país de tránsito. La organización ofrece apoyo a las personas que se desplazan, incluyendo apoyo legal. Actualmente Khalil opera desde el exilio debido al trabajo que lleva a cabo con migrantes. Él comenzó a trabajar con migrantes cuando se dio cuenta de que existía una falta enorme de apoyo para las personas que se desplazan.
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No apoyo solamente a las personas que se desplazan. Acompañamos a las personas en su recorrido en busca de justicia. Las personas a su vez nos ofrecen su apoyo al compartir sus valores, sus vidas, sus historias y su fuerza.
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Nour Khalil, Co-fundador, Plataforma para Refugiados en Egipto
Khalil explicó que aunque él está seguro en el exilio, aun sigue recibiendo amenazas de muerte por la labor humanitaria que realiza, y añadió que «en el contexto de las campañas de odio organizadas a las que se enfrentan los migrantes en Egipto al igual que sus defensores, lo que incluye también a las familias de los defensores, si bien los líderes comunitarios y los defensores pertenecientes a grupos auto-organizados también quedan expuestos a este tipo de amenazas, los migrantes han de lidiar con violencia directa que puede llegar a la deportación forzosa.»

El defensor y abogado de derechos humanos Nour Khalil apoya a personas que se desplazan en Egipto con su organización, Plataforma para Refugiados en Egipto. © Sara Creta
«En nuestra propia comunidad nos apoyamos los unos a los otros. Cada día que pasa aprendo cosas nuevas en general y sobre distintas culturas [gracias a los inmigrantes que conozco], y esa es la razón por la que hago este trabajo.»
Para Savvas Alexandros Pavlidis, el sufrimiento que padecen las personas que se desplazan en Grecia es algo que no puede ignorar. Él trabaja como voluntario para Elaphi Self-Organized Citizen Movement, una organización social que trabaja con personas a las que se las deja que acampen en el exterior de la sede del gobierno en Rodas, Grecia, antes de ser enviadas a campamentos para refugiados.
Según Hernández, el daño contra migrantes y refugiados y la necesidad del apoyo de la sociedad civil surge debido a la incapacidad de los gobiernos de cumplir con sus obligaciones a la hora de poner en práctica sistemas de protección de los derechos humanos que funcionen. A pesar de esto, muchas de las personas y organizaciones que brindan su apoyo acaban siendo atacadas o castigadas por sus actos de bondad.

Un campamento para migrantes en Rodas, Grecia. © Elaphi Self-Organized Citizen Movement
«Los refugiados acaban durmiendo en medio de la ciudad en las calles y en los parques, cientos de ellos,» afirmó Pavlidis. «No existe infraestructura que pueda encargarse de ellos hasta que se les desplaza a los emplazamientos de los campamentos, y mientras tanto, permanecen como personas clandestinas, por lo que nadie tiene permiso para encargarse de ellos. Puedes ser acusado de ser traficante solo por llevarles hasta un hospital en un coche privado.»
Según afirma Hernández, esto supone que Pavlidis y los demás voluntarios se ponen ellos mismos en peligro por ayudar a los migrantes, incluso si conforme al derecho internacional, no pueden ser considerados como traficantes. No obstante, ellos y ellas continúan ayudando a los migrantes intentando averiguar quién necesita atención médica y ofreciéndoles información vital sobre sus derechos.
«No estamos obligados a hacerlo y sabemos que tenemos que hacer un esfuerzo para ello, pero simplemente se trata de una situación que yo no puedo ignorar,» añadió. «Se trata de personas con sueños y con un pasado.»